Siesta

La sociedad de almas estaba demasiado tranquila, no había nada serio de lo que ocuparse, aunque para mí pocas cosas merecían la pena de preocuparse, estaba sentado en mi sillón del despacho de capitán del 8º escuadrón, la verdad es que el despacho era muy acogedor, sus paredes era blanquecinas, en las esquinas había macetas de unas plantas exóticas, la limpieza era digna de un lugar como la sociedad de almas, me quedé con la mirada perdida mirando un cuadro de un paisaje.

- Buueeeeeeno, pues si nada ni nadie me requiere, creo que me echaré una siestecita hehehe - reposé mi Zampakutoh en la mesa, junto al botijo de Shake encima de la mesa, apoyé mi cabeza dejando caer mis brazos extendidos en la mesan para cerrar los ojos, mientras los pájaros canturreaban, era de día, hacía una mañana espléndida.